Sin libertad: ¿quién respira?
Han sido días interminables desde el 14 de abril. La dictadura no sólo nos arrebató unas elecciones, nos arrebató el aire. No obstante, hemos de seguir. No sé cómo, pero debemos superar la asfixia. En mi caso, escribir, como sea, donde sea, a veces bien, a veces mal, a veces escribir a secas, pero escribir para que la voz perviva, para que la lucha por la verdad sea evidente, para que nuestros gritos de angustia y desesperación aturdan a los depravados que nos rigen. Escribir, porque mientras nuestro aliento sea capaz de empañar un vidrio tenemos fuerzas suficientes para alcanzar la libertad, y eso haremos entre todos: alcanzarla.
Vuelo, escribo desde el cielo, estoy en un avión, viajo a París. ¿Voy para la ciudad luz a recuperar el aire? No lo creo. El estrangulamiento lo llevamos clavado en el alma, no hay qué lo cure. El aire volverá cuando veamos la patria liberada. Sin libertad ¿quién respira?