Gustavo Tovar Arroyo

Gustavo Tovar Arroyo

La Peste del Siglo XXI

Los arruinados y su €œalianza perfecta€

El abrazo de la angustia con la rabia

Angustia y rabia son dos palabras que se repiten permanentemente en nuestro quehacer cotidiano, laten -vociferando alaridos- en cada uno de nuestros respiros.

Rabia por el daño irremediable que le ha causado el chavismo a nuestra patria y que en ocasiones pareciera infranqueable. Angustia por el desdén y -si me permiten- desatino lunático con que cierto sector de la oposición reacciona al daño permanente que nos causa a diario esa manada de delincuentes.

Angustia y rabia se abrazan en el pecho de cada venezolano y se aprietan en nuestras gargantas para interrumpir nuestro aliento. Los venezolanos andamos de asfixia en asfixia.

¿Hasta cuándo?

Carta urgente a los huelguistas

Los desalmados

No es fácil escribir una opinión en estos momentos de inquietud. Mientras escribo o intento hacerlo mis manos se marean, flaquean, pierden el camino de la idea y se extravían en una ansiedad que no encuentra una tecla capaz de pronunciar su zozobra.

No es la primera vez que nos ocurre ni será la última mientras el chavismo perviva. Se pondrá peor y peor hasta que nos liberemos de ellos. Se han instalado en el poder para mostrarle una jeta despiadada y cínica a nuestra historia. Lo hacen con una mano en la cintura, sonrientes, despreciables, con la desfachatez regordeta y vulgar que encarna Diosdado Cabello.

El madurismo es él, no tienen alma, nunca la han tenido.

Son los desalmados del siglo XXI.

La oposición y sus brujas vanidosas

La brujas

Todas las naciones poseen sus propias categorías sociales y humanas, algunas de esas categorías son producto de la ficción otras son de la realidad. La mayoría las tienen de una realidad que se ha vuelto tan inverosímil que termina siendo ficción, como en Venezuela.

La mitología nos ha fascinado con miles de historias sobre esas categorías fantásticas. Los griegos tenían sus ninfas; los nórdicos, valquirias; los celtas, hadas; y los mexicanos, catrinas. 

Una categoría universal, es decir, para todas las tribus, sociedades o naciones, de figuras a un tiempo legendarias y humanas son las brujas. 

Sobre ellas me detendré en este suelto. En nuestro país -como consecuencia del arrase primitivo del chavismo- abundan.

Metralleta un día de furia en Venezuela

¿Políticamente correcto?

Lo único relevante de escribir en estos tiempos de agonía y ruina es que uno lo puede hacer desde las entrañas, con estremecimiento y pasión, sin guardar posturas, sin utilizar disfraces.

Al menos yo así escribo. Guardo ciertos protocolos del lenguaje (pocos), decoro con algunas figuras literarias y me explayo. No colecciono ningún escrúpulo sobre lo que es €œpolíticamente correcto€ o €œmoralmente aceptable€ porque en Venezuela no hay política ni moral, la única política y moral  que nos queda es luchar de manera noviolenta por nuestra libertad y democracia.

Escribo con el sentimiento de quién ve como golpean, pisotean y violan a un ser querido: con furia, con muchísima furia, porque me afecta, irrita y abochorna, me duele muchísimo todo lo que el malandraje chavista le está haciendo a Venezuela. 

¿Y a ti?

Ceballos, el cóndor y los barrotes de brisa

Empequeñecer o engrandecer una nación

La historia de cada gran nación está rotulada por la presencia de grandes espíritus que se imponen a su tiempo y lo transforman. Seres excepcionales que por la magnitud de sus hazañas, por su influencia o por su predominio sellan su momento e incluso lo nombran.

Son hombres y mujeres -no los paisajes ni la fauna- los que engrandecen o empequeñecen una nación, los que la iluminan o nublan. Sin embargo, la eminencia humana no siempre es benévola, también es malévola, en sociedades extraordinarias en ocasiones surgen personalidades perversas, escalofriantemente ruinosas. 

En la Francia de Voltaire: Napoleón; en la Alemania de Kant: Hitler; en la Italia de Galileo: Mussolini; en la Rusia de Tolstoi: Stalin; o en la Venezuela de Bello: Chávez.

La oscuridad histórica, el invierno penetrante y largo de la civilización, la sequía espiritual y la miseria desbordada siempre las ha impuesto el hombre. No exageramos si decimos que el peor enemigo del hombre ha sido el hombre, o aquél que ha dejado de serlo.

El peor enemigoé, sí, pero también su mejor amigo, su compañero y sostén, su fortaleza e inspiración, su guía y abrigo: su hermano.

Y gracias a la tenacidad y entrega de esos €œhermanos€ la humanidad ha prevalecido. Ha sido difícil, traumático y doloroso, pero lo han logrado.

Gracias a ellos la civilización ha predominado sobre la barbarie. 

La madame Luisa Ortega

 €œTodos esos cadáveres que estaban muertos.€

Luisa Ortega Díaz

 

 

Primero prostitución, luego justicia

Una de las instituciones €œrevolucionarias€ que más nos había costado descifrar durante el tiempo de la peste histórica llamada chavismo era la Fiscalía General de la República. 

Sus procederes y mañas, sus torpezas y vagabunderías, su inmoralidad y desvergí¼enza, es decir, su prostitución (entendida como la deshonra y venta de la autoridad por interés o adulación), nos resultaban tan escandalosas y fenomenales como incomprensibles.

¿De qué coño se trata esta nueva imputación, aquel disparatado juicio o tan descabelladas -por subliminales- pruebas?

Nadie entendía ni tenía explicación para tanta aberración, nadie terminaba de descifrar en qué consistía ese rosario de fechorías, testigos €œestrellas€, acusaciones lunáticas, juiciosos fabulosos o condenas inconcebibles. Nadie, ni el chavismo mismo.

Por doquier aparecían, eso sí, los abogados, los constituyentistas o los grandes doctorazos académicos para intentar razonarnos el despelote y el bochorno, pero era imposible, hacían su mejor y más candoroso esfuerzo, pero era imposible; verlos desgañitarse, jalarse la greñas por un razonamiento lógico, por un atisbo de sensatez, por una ilustración jurídica, siempre fue un penoso y conmovedor espectáculo.

No entendían -¿cómo habrían de hacerlo?- que con el chavismo primero es la prostitución y luego la justicia.

Créanme, no lo entendían; yo tampoco.

La hija de Diosdado

€œEn este mundo nada está en su sitio,
empezando por el mundo mismo. 
No hay que asombrarse entonces 
del espectáculo de la injusticia humana.€

Cioran

 

Breviario de la podredumbre

En dos ocasiones me fue arrebatado de las manos, sin que me percatase de ello, el libro más imprescindible que haya escrito el filósofo rumano Emile Cioran: Breviario de la podredumbre. 

¿Cómo ocurrió? No lo sé, pero revelo que pese a las apocalípticas dificultades que me significó encontrar el libro, absolví de toda culpa a los ladrones porque obviamente eran tipos -o tipas- de un gusto sutil y refinadoé, y eso, en tiempos de peste chavista es difícil, muy difícil, de encontrar. Había que perdonar, incluso aplaudirlo; lo merecían

Para curar mi desconsuelo, después de años de perseguir infructuosamente el Breviario de la podredumbre en librerías en España, México, Argentina, Venezuela y Colombia, esta semana me topé con la agradable sorpresa de que la editorial Taurus lo publicó en la siempre fría y ajena versión digital; pero lo publicó.

Ha vuelto a mí el Breviario de la podredumbre y lo leeré por tercera ocasión con fruición y entusiasmo amargo.

Escribo €œamargo€ y de repente me doy cuenta que no recuerdo muy bien a qué venía lo del breviario de la podredumbreé, ah, ya recuerdo, iba a escribir sobre Diosdi Cabello.

Perdonen el lapsus, no volverá a suceder, pero en algún momento confundí la podredumbre poética con la real (la regordeta y siniestra).

Es decir, con la podredumbre chavista.

Paréntesis de amor

€œY es que viviré mil veces
y las mil veces contigo逝

Mariana Vega

 

La estética del amor

En mi entrega de la semana anterior hice pública mi secreta devoción por la Argentina, desdibuje -sin economía emocional- mi embrujo por su literatura, su canto y hasta por el último de sus dioses: Messi.

El despliegue de fascinación que hice fue incompleto, por no decir injusto. Me faltó mencionar esa nobleza encarnada que es el argentino Jorge Mario Bergoglio, nuestro querido Papa Francisco.

No haberlo mencionado no fue tan sólo un desliz, fue un desamor, porque él sin duda ha rescatado la urgentísima palabra €œamor€ en el seno de las instituciones religiosas. 

Y no es que el Papa Benedicto XVI no lo hiciera, también habló del amor pero lo hizo de modo intelectual y filosófico, poco entendible. Su escrito €œBelleza, verdad y caridad€ es una joya imprescindible para interpretar la estética del amor: €œLa belleza -el arte- es un camino para llegar a Dios€. Benedicto, con sus admirables escritos, acercaba a los sabios al amor pero alejaba al pueblo llano, imagino que por eso un filósofo como Kant jamás habría sido Papa.

Francisco, más llano, más humano, más Messi y menos Kant, hace de la palabra €œamor€ algo menos etéreo e iluminado, algo más palpado y sensible, algo más latinoamericano.

Y pienso en amor y se desvanece en mi boca, se pronuncia, el amor de mis amores: Venezuela. 

El espejismo de las parlamentarias

€œDe tanto ir y venir
hice una huella en el campo
y para el que después anduvo 
ya fue camino liviano€

Atahualpa Yupanqui

 

Lloramos contigo Argentina

¿Qué tiene que ver Argentina con una entrega dedicada al tema electoral venezolano? 

Mucho o poco, eso lo veremos a lo largo de este suelto, de cualquier modo esa nación a un tiempo deslumbrante y contradictoria nos inspira y recuerda con Atahualpa Yupanqui (que viene de lejanas tierras a decirnos algo) que de tanto ir y venir, la huella de la historia debería hacernos más conscientes y concebir un más liviano camino hacia la libertad.

Lloramos con Argentina porque así como ella tuvo su Perón que la arruinó, nosotros tuvimos a Chávez que no sólo nos arruinó sino algo muchísimo peor, nos dividió, corrompió y pervirtió por completo.

Además lloramos con ella porque si esa prodigioso país, que parió esas centellas humanas que son Borges, Cortazar, Sábato, Facundo Cabral o a Messi, (el niño prodigio -y consentido- de la historia del fútbol) no pudo zafarse de la perversión populista, ¿cómo lo haremos nosotros?

¿Con unas elecciones parlamentarias?

No lo creo.

Luis Vicente León o la trepadora

La trepadora

Los orígenes de la literatura son orientales y no occidentales como mucha gente supone. Pese a las diferentes teorías y sutilezas académicas, hay cierta unidad de criterio que identifica el origen de la literatura con los escritos Vedas de la antigua cultura de la India.

Escritos en sanscrito (lenguaje clásico de la India que significa €œhecho con perfección o bien), los Vedas son la primera expresión humana que aspira, a través del lenguaje escrito, interpretar la relación del hombre con las cosas del espíritu: revelaciones eternas, encarnaciones divinas, éxtasis o rituales que guían hacia el conocimiento y la serenidad interior.

Desde entonces los literatos han sido los grandes interpretes de la civilización, nos revelan con €œperfección€ escrita lo que escapa a nuestra compresión mundana. Cada cultura tiene sus €œinterpretes€ de referencia obligatoria, espíritus especiales capaces de traducirnos y revelarnos -a los seres vulgares y corrientes- la realidad y exponerla de manera tan clara y encarnada que nos facilitan su entendimiento. Sólo necesitan una metáfora, una alusión o un arquetipo para describir a una nación. 

En Venezuela el más excelso de esos espíritus interpretadores de nuestra atropellada realidad mundana fue Rómulo Gallegos. A él le robe el título de esta entrega: La trepadora.

Se lo robé para identificar -literariamente- al más insigne trepador del enredado y espinoso (por hiriente y sangrante) período chavista.

Me refiero al inefable y escurridizo Luis Vicente León.

Humano y Libre