Lilian o el amor que no se rinde
€œMe hirieron, me golpearon
y hasta me dieron la muerte,
¡pero jamás me doblaron!€
Rafael Alberti
Quizá uno de los hechos más oprobiosos y miserables de nuestra historia política contemporánea lo representa el injusto y absurdo encarcelamiento de Leopoldo López.
Hemos presenciado en tiempo real las más delirantes acusaciones y las más perversas prácticas que la justicia puede ofrecer a una persona. El racimo de violaciones de derechos humanos que ha sufrido Leopoldo ensanchan las páginas más penosas de la historia universal de la infamia.
Habiendo sido encarcelado lunática e injustamente por razones €œsubliminales€ (es lo que argumentó la fiscalía para acusarlo), sin haber sido juzgado ni sentenciado, se le ha dado un trato que ni en las oprobiosas cárceles de Guantánamo conocían.
Es absolutamente descabellado el proceso, ni Kafka lo habría imaginado.
Lo que hemos presenciado y que ha llamado unívocamente la atención pública internacional es a todas luces tan grotesco e inusual que no sólo causa indignación y rechazo, produce en muchos un sentimiento de desesperanza y desánimo difícil de sobrellevar.
Algunos han perdido la fuerza y la fe por tan miserable hecho, incluso hay quienes han bajado la guardia y hasta se han rendido por la frustración.
Algunos, pero no todos, no ella: Lilian. Ella lucha sin cansancio, su amor no se rinde.