He pedido apoyo para los jóvenes que necesitan desde lo más básico como jabón, pasta de dientes o papel higiénico (ni hablar de comida, agua, luz, cobijo) y nadie ha colaborado. Todos queremos libertad en Venezuela, pero pocos ofrecemos un pequeño sacrificio para alcanzarla. Bueno, resulta que yo sí. Lo haré y lo seguiré haciendo. Esos jóvenes merecen mi reconocimiento, admiración y mi absoluto respeto. Saben que cuentan conmigo, no los dejaré solos.
¿Queremos libertad y bienestar en Venezuela? Bueno, nos ha tocado la difícil tarea de conquistarla con entrega y muchísimo sacrificio. Pienso en Henrique, Leopoldo, Marcel y muchos otros que han dado todo para lograrla. Pienso en los muertos, en los presos, en los heridos, en los exiliados. Siento un compromiso moral con ellos. No estoy en Caracas porque además de que ya el SEBIN me dijo que me meterían preso (que es lo de menos) por traición a la patria (cubana), soy mucho más útil afuera. Muchísimo.
Así que nuevamente me disculpo encarecidamente, pero no cambiaré. Sólo rogaría que resguarden, protejan y apoyen a los jóvenes. Ellos están ofreciendo su vida, su tiempo (estudios, trabajo) y su juventud por nosotros. Nos necesitan. Apoyémoslos.
Michoacan, mi casa, es su santuario.
Agradezco a Ana Carlota, a Gisela y a mis hermanos su comprensión y solidaridad.
Yo seguiré…