Los chorreados y los hijos de -la palabra- €œputÉ‘€
Dales la vuelta,
cógelas del rabo (chillen, putÉ‘s),
azótalas,
dales azúcar en la boca a las rejegas,
ínflalas, globos, pínchalas,
sórbeles sangre y tuétanos,
sécalas,
cápalas,
písalas, gallo galante,
tuérceles el gaznate, cocinero,
desplúmalas,
destrípalas, toro,
buey, arrástralas,
hazlas, poeta,
haz que se traguen todas sus palabras.
Octavio Paz
Palabras que cortan
Dicen que soy un poeta, no estoy tan convencido de serlo y en el supuesto negado de merecer semejante distinción sería por causas más primitivas y feroces: mis palabras no embelesan, mis palabras cortan.
No soy un escritor de silencios ni de pausas, tampoco de lamentos, no escondo ni escudo mis corajes con figuraciones de aire. No soy de aire, sangro.
Los tiempos impuestos por la lepra chavista tampoco admiten andarse con eufemismos ni rebuscadas mariqueras. Yo no pierdo mi tiempo, voy al grano, o mejor, hundo mi dedo sin clemencia en las heridas abiertas del chavismo y me regocijo al verlos chillar, retorcerse de ira, doblarse de impotencia y de tristeza ante mis palabras.
Como ocurrirá en este texto.