<span class="vcard">Gustavo Tovar Arroyo</span>
Gustavo Tovar Arroyo

¿Revocatorio, Enmienda o renuncia?

Los rusos me salvaron la vida,
Israel me devolvió la dignidad humana
y Venezuela me devolvió la fe en los seres humanos.

Hillo Ostfeld

 

Era un sueño

Aunque vivo el destierro y mi espíritu está cincelado por las heridas y las cicatrices que me ha causado desafiar con severidad al narcochavismo, creo que soy el más optimista de todos los venezolanos. Sí, el más.

Hace años, en el 2002, tras la muerte de Jesús Capote en la marcha del 11 de abril, quien fue asesinado con balazo en el centro de su frente (como tantos otros opositores) por los esbirros de Hugo Chávez, me propuse dedicar mi vida, mis recursos, todos mis esfuerzos, a la formación de una nueva generación de políticos en Venezuela.

Era un sueñoé, mi sueño encarnado de libertad. Hoy ese sueño es una realidad.

Nuestra realidad.

¿El narcochavismo o tú?

Sólo unidos hemos avanzado

Somos un pueblo en harapos, despojado y malherido, nuestras llagas son evidentes, están por todas partes, el alma del venezolano es una enorme magulladura que sangra.

El chavismo ha despedazado nuestro pecho, una fractura abierta muestra nuestros huesos y las entrañas desgarradas. Nuestro corazón palpitante y tibio también está visible. Está cansado, cansadísimo, pero a pesar de todo aún late. Late fuerte por un amor a Venezuela que ni se doblega ni se vence, que persiste.

Para mantenernos de pie y caminar nos hemos tenido que sostener unos a otros, apoyar nuestros desfallecimientos sobre el hombro del amigo. Sólo abrazados, unidos, recostados entre sí hemos logrado andar algunos pasos. Pocos, pero hemos avanzado.

No ha sido fácil, nada fácil. Quien exponga lo contrario miente, es un cínico. Y los cínicos ya están identificados, son los enchufados narcochavistas que permanecen en el poder. Hay que erradicarlos.

El narcochavismo o tú, he ahí el único dilema.

 

El Cerdo Supremo y sus cerdos revolucionarios

€œLos animales asombrados pasaron su mirada
del cerdo al hombre y del hombre al cerdo;
y nuevamente del cerdo al hombre,
pero ya era imposible distinguir
quién era uno y quién era otro.€

George Orwell
(Rebelión en la granja)

 

 

Un apacible corderito de la granja chavista que se rebela

No soy fabulista ni mucho menos, pero vivir en Venezuela y sufrir el chavismo a menudo me pone creativo. A veces me excedo, lo sé, como en esta ocasión, pero es inevitable: soy un blasfemo. El más buscado.

Pero estemos claros, las blasfemias no son sólo cosa mía, también ustedes -pueblo lector- tienen cierta responsabilidad en la subida de tono de mis escritos. Cada vez que nuestra tragicómica realidad tropieza con otro evento animalesco, son ustedes quienes me empujan, pican y arrinconan para que escriba una nueva alegoría.

Si no fuera así -¿quién lo duda?- yo sería un apacible corderito de la granja chavista, otro más.

En esta ocasión, Merentes y Viloria, esos cerdos revolucionarios, son el tropiezo.

 

Ramos Allup: ¡Uh, ah, Chávez ya se fue!

Venezuela boquiabierta

Me siento a escribir a mano alzada, casi parado. Modifico a última hora, en el filo último de la madrugada, todavía perplejo, lo que había escrito para esta semana e improviso. Como el país, improviso.

 Acaba de finalizar otra desconcertante jornada política con la cantinflesca y humillante presentación de la Memoria y Cuenta del primer déspota bufo de la historia de Venezuela, Nicolás Maduro, ante la nueva Asamblea Nacional (AN) y debo confesar que he quedado boquiabierto, atónito, confundido, a punto del desmayo.

Estoy convencido de que no soy yo solo el confundido. Todos lo estamos: Maduro, Ramos Allup, Padrino, el chavismo, la oposición, Diosdi, Cilia, Borges, María Corina, tú, yo, él. Todos.

Venezuela está incrédula, boquiabierta, no da fe de lo que le está pasando.

¡Uh, ah, Chávez ya se fue!

Quedó Maduro.

¡No te equivoques!, Nicolás.

€œYo me chupo lo que me tengo que chupar€

Nicolás Maduro

 

El arrepentimiento

Para comenzar el 2016 he decidido escribir un artículo sobrio como muestra de arrepentimiento por mis desconsideraciones y actos. Es una manifestación de buena voluntad y reconciliación con el chavismo. Se lo dirijo a su líder, nuestro líder: Nicolás Maduro.

Creo que hemos sido injustos contigo Nicolás, muy injustos. Entre ellos yo que hasta te he llamado el €œbobalicón del siglo XXI€ en arrebatos de cólera e impaciencia. Te pido que no prestes atención a mis sátiras, como se sabe yo no tengo salvación ni la tendré jamás, soy un €œbully€ conspirador irremediable, un blasfemo; pero estoy arrepentido. Reconozco que he sido un inepto en interpretar tu verdadero valor como líder opositor. Sí, opositor. Nadie mejor que tú para desmontar esta farsa. Ni López ni Capriles, ni Ramos ni Borges, mucho menos María Corina. Eres único, eres el mejor antichavista que haya existido.

¡No te equivoques!

¡Sigue!

La incoherencia divisionista de Capriles

€œSeñores, o ustedes /»refiriéndose a la oposición-
cambian la política que están planteando o hay una ruptura. Lo digo clarito.€

Henrique Capriles Randonski

 

¿Qué le pasó a Capriles?

Venezuela atraviesa uno de los momentos más delicados en su tránsito de la dictadura chavista a la democracia, no podemos permanecer impasibles, la compleja coyuntura exige no sólo €œunidad€ sino €œcohesión total€ entre los miembros de la oposición y Henrique Capriles desde el 7 de diciembre la ha puesto en peligro -incluso amenazado con €œruptura€- con arremetidas irresponsables e incoherentes.

Con incredulidad y sorpresa, pero sobre todo pena, hemos leído las inauditas declaraciones de Capriles en las que se solidariza con Maduro (en El País de España incluso lo llama €œcompañero€) y ataca sin ton ni son a la oposición.

¿Qué le pasó a Capriles? ¿La tensión política -otra vez- lo ofuscó y perturbó? ¿Es tan sólo reconcomio político o es algo peor?

¿Qué pasó realmente en las parlamentarias?

¿Lo has reflexionado?

Al chavismo le hemos ganado tres elecciones cruciales: el referéndum de la Reforma constitucional 2007 (la cobramos), las presidenciales 2013 entre Capriles y Maduro (no la cobramos) y las parlamentarias 2015 (la cobramos).

¿Has reflexionado sobre cuál fue la causa política que permitió derrotar en esas tres ocasiones al chavismo?

Detengámonos a considerar algo. Las condiciones sociales y económicas en 2007 y 2013 no eran las mismas devastadoras condiciones de desabastecimiento, inflación, corrupción, criminalidad y ese largo etcétera de ruina de 2015. Eran dramáticas, pero no apocalípticas como ahora. Sin embargo, se ganó.

Las condiciones políticas aunque eran autocráticas y avasallantes en esos años tampoco eran este circo macabro de malandraje que estamos padeciendo con Maduro y Cabello. Sin embargo, se ganó.

¿Qué fue entonces lo que realmente logró la victoria?

 

Parlamentarias, ¿seguimos o nos confiamos?

Los jodiste

Siéntete orgulloso, lo que hiciste fue ejemplar desde todo punto de vista, pese a todas las adversidades, chantajes, frustraciones y dudas, te movilizaste por tu futuro, votaste y estuviste dispuesto a defender tu voto a cualquier costo, incluso poniendo en riesgo lo más apreciado: tu vida. Dijiste: ¡Basta!

Y los jodiste, sí, como venezolano los jodiste, a los corruptos (como Cabello), a los violadores de derechos humanos (como González López), a los narcotraficantes (como los sobrinos), a la perversidad de Cilia, al cinismo de la hiena Jorge Rodríguez, a la idiotez de Maduro, pero también a la intromisión del vampiro Fidel, a todos ellos y su malandraje, los jodiste. No fue precisamente una €œbofetada€ lo que les diste, fue una histórica coñaza de dignidad.

Siente tu himno, sé el himno, cántalo, víbralo, grita con brío: ¡Muera la opresión!

¡Y qué viva Venezuela! ¡Carajo! ¡Y qué viva la gloria de su bravo pueblo!

¡Y qué viva el pobre en su choza que por la libertad votó!

 

¡La Venezuela liberada!

A María Corina y Lilian

Pero no, Majestad,
que he llegado hasta hoy,
y el nombre de esa novia se parece a vos!
Se llama: LIBERTAD!
Decidle a vuestros súbditos
-tan jóvenes que aún no pueden conocerla-
que salgan a buscarla,
que la miren en vos.

Pío Tamayo

 

Prólogo de un conspirador

Sólo la conciencia nos hace libres y el conocimiento es su primer escalafón.

Esta entrega para ser entendida a cabalidad requiere que tú como lector indagues sobre la generación del 28 y la participación de Pío Tamayo en ella. Tuve la suerte de contar con la erudición de Manuel Caballero y de otro historiador (que no mencionaré para evitarle problemas, no lo vayan a acusar de €œconspiración€) para ilustrarme bien sobre los pormenores que permitieron la más bella creación humana venezolana después de la Independencia, la democracia. Conocer la historia nos permitirá estar más conscientes de los espinosos tiempos que se aproximan, sobre todo para perseverar, para no frustrarnos, para saber que sólo si no nos cansamos, si somos tenaces con nuestros ideales y sueños, si nos organizamos, luchamos y nos movilizamos, venceremos.

Ya lo estamos logrando y aunque falta poco, es fundamental saber que se aproxima lo más difícil.

 

Antídoto contra toda matanza chavista

 

Matar, matando…

Nos asesinan, sí, los chavistas nos asesinan.

Desde el 3 de febrero de 1992, Hugo Chávez mostró sus babas hambrientas de sangre venezolana. Nunca dejó de mostrarlas. Esa fue la constante de su desesperación autocrática: la muerte. Asesinarnos, uno tras otro, sea quien sea, matar quirúrgicamente como último recurso retórico, matar moral o físicamente para conservar el poder.

Matar, humillando; matar, persiguiendo la disidencia; matar, encarcelando; matar, torturando; matar, matando, empleando todos sus medios violentos, €œcomo sea€, pero matar para dominar al país.

Han sido años de violencia y muerte, de luto. Nunca antes en la historia republicana venezolana murieron tantos venezolanos a manos de venezolanos. Nunca.

Ese es el principal legado chavista: la sangre derramada de Venezuela.

¿Quién lo niega?