¡La Venezuela liberada!
¡La Venezuela liberada!

¡La Venezuela liberada!

A María Corina y Lilian

Pero no, Majestad,
que he llegado hasta hoy,
y el nombre de esa novia se parece a vos!
Se llama: LIBERTAD!
Decidle a vuestros súbditos
-tan jóvenes que aún no pueden conocerla-
que salgan a buscarla,
que la miren en vos.

Pío Tamayo

 

Prólogo de un conspirador

Sólo la conciencia nos hace libres y el conocimiento es su primer escalafón.

Esta entrega para ser entendida a cabalidad requiere que tú como lector indagues sobre la generación del 28 y la participación de Pío Tamayo en ella. Tuve la suerte de contar con la erudición de Manuel Caballero y de otro historiador (que no mencionaré para evitarle problemas, no lo vayan a acusar de €œconspiración€) para ilustrarme bien sobre los pormenores que permitieron la más bella creación humana venezolana después de la Independencia, la democracia. Conocer la historia nos permitirá estar más conscientes de los espinosos tiempos que se aproximan, sobre todo para perseverar, para no frustrarnos, para saber que sólo si no nos cansamos, si somos tenaces con nuestros ideales y sueños, si nos organizamos, luchamos y nos movilizamos, venceremos.

Ya lo estamos logrando y aunque falta poco, es fundamental saber que se aproxima lo más difícil.

 

Los nietos de la democracia

Hace aproximadamente noventa años un grupo de estudiantes venezolanos levantaban la voz en medio de la que hasta entonces había sido la dictadura más despiadada de nuestra historia, la de Juan Vicente Gómez, y solicitaban democracia efectiva: voto secreto y universal, condiciones electorales transparentes y legítimas, elecciones libres.

Levantar la voz, movilizarse y protestar por sus derechos les costó persecución, tortura y cárcel a los estudiantes de aquella época. La inclemencia de Gómez se volcó sobre ellos para intentar aplastarlos, pero no lo logró.

Los estudiantes, quienes años más tarde habrían sido los protagonistas de su siglo y serían reconocidos como los €œpadres de la democracia€: Andrés Eloy Blanco, Rómulo Betancourt, Miguel Otero Silva, Jóvito Villalba, entre otros, no esperaron la perfección del tiempo de Dios, todo lo contrario, lucharon, fueron tenaces en sus ideales y años después lograron materializar su sueño: la democracia.

Democracia que ha intentado aplastar sin ninguna clemencia el chavismo, pero que tampoco lo ha logrado.

Los €œnietos de la democracia€ se lo han impedido.

 

Los precursores del €œgolpe suave€

Es importante saber que los primeros activistas de la lucha noviolenta venezolana, sus precursores, no fueron, como se piensa, los estudiantes que levantaron su voz contra el dictador postmoderno Hugo Chávez Frías, no, los primeros €œdesestabilizadores€ y activistas de la lucha noviolenta ?del €œgolpe suave€ y civil- fueron los conspiradores y prófugos de la generación del 28.

Sus actividades desestabilizadoras -las de la generación del 28- que incluían desfiles (hoy conocidas como €œmarchas€), recitales (en la actualidad los llamamos €œconciertos€), concentraciones (usamos palabras como €œprotestas€ y hasta €œguarimbas€ para identificarlas) o proclamas (ahora les decimos €œpronunciamientos€ o €œmanifiestos€) lograron llevar a la tumba al dictador Gómez en un espacio de 6 o 7 años; le causaron tantos €œgolpes suaves€ en ese período de tiempo que al fin y al cabo, de la impotencia y rabia, lo mataron suavemente.

Cosa extraña que casi ochenta años más tarde los nietos de la democracia lograsen algo análogo con Chávez (llevarlo a la tumba en 6 o 7 años) con esa implacable tunda de €œgolpes suaves€ y cívicos: marchas, conciertos, protestas, pronunciamientos y manifiestos, que le metieron.

Digo €œcosa extraña€ pero a lo mejor no lo fue, a lo mejor fue una inoculación venenosa de conciencia crítica y de movilización organizada en el espíritu de los estudiantes.

¿A quién se le habría ocurrido?

 

¿Extrañeza o inoculación?

Si no hubiese sido una mera casualidad el hecho de que dos dictadores venezolanos, como Gómez y Chávez, hayan muerto por la acción desestabilizadora e irrespetuosa de esos especialistas de los €œgolpes suaves€ y cívicos que son los estudiantes, uno podría suponer que algún poeta conspirador y prófugo, conocedor del chisme histórico, haya intentado emular adrede a un loco como Pío Tamayo y usar sus escritos para incitar a los estudiantes a la rebeldía civil contra la dictadura.

Pero eso es imposible, no puede existir semejante lunático capaz de vivir entre el cielo o el suelo, de flotar, inoculando conciencia crítica entre jóvenes, es decir, derechos humanos, protestas noviolentas o anhelos €œdesestabilizadores€ de libertad, democracia y justicia, porque si existiera sería insultado, perseguido, despojado y obligado al exilio por la actual dictadura.

Al menos yo no conozco alguno así, y de existir -un desequilibrado plagiador de Pío Tamayo, capaz de inocular ideas ya que no comunistas (manifiestamente fracasadas), sino humanistas (derechos humanos)-, sólo habría sido posible si hubiere sido instruido por dos mentes descollantes del siglo pasado, conocedoras y protagonistas de su siglo, como las de Manuel Caballero (conciencia crítica) y Luis Miquilena (organizador de movilizaciones).

Pero, insisto, eso es imposible. ¿A quién se le habría ocurrido unir a los estudiantes con el pensamiento crítico de Caballero y la movilización organizada de Miquilena?

Sólo a Pío Tamayo, no hay otro igual.

 

Sé la Venezuela liberada

La paradójica realidad es que 90 años después los estudiantes y el pueblo venezolano vuelven a luchar por tener unas elecciones libres, legítimas, sin vicios fraudulentos; vuelven a luchar por liberarse, liberarnos, de una dictadura y reinventar la democracia.

Las elecciones parlamentarias -que ya están viciadas, que ya son fraudulentas por la cantidad de hechos criminales que el régimen y el Consejo Nacional Electoral (CNE) han cometido- son un paso entre muchos otros que debemos dar para lograrlo.

Pensar que las parlamentarias nos liberarán de la dictadura es una utopía. No será así. Todavía falta mucho, falta sin duda lo más difícil. No se trata sólo de liberarse de los dictadores, hay que liberarse de la lepra dictatorial que han plantado en nuestras conciencias.

El cambio no sólo de modelo sino en especial de la mentalidad son los verdaderos desafíos. Hay que estar consciente de ello, hay que conocer la historia para saber que lo más peliagudo está por venir.

Votar es fundamental para lograr avanzar, pero votos que no son defendidos con movilización contralora y reivindicadora, son votos perdidos.

Vota, pero no pierdas tu voto ni permitas que otros te lo pierdan. Venezuela no nació para vivir en dictadura, nació para ser libre. Y su libertad depende de ti y de mí, de nosotros.

Que los €œbiznietos de la democracia€ sepan que hubo quienes se movilizaron y lucharon por ellos. Sé protagonista de tu siglo, sé la fundadora y el fundador de tu tiempo.

Sé tú, ¡Majestad!, la Venezuela liberad.

¡Sal a buscarla!

¡Vela en ti!