Imaginemos
Estoy desterrado, otro más, uno entre los 8 millones de venezolanos sin tierra. Mis ideas, mis palabras, mis oficios (escritura, cine, activismo, etc.), pero sobre todo mi sueño de libertad –igual que el tuyo– ofenden a la paupérrima minoría criminal que rige Venezuela. Soy enemigo –igual que tú– de la maldición chavista. Me persiguen, confiscan, insultan, amenazan; yo me río y burlo. Los desprecio y desnudo, a través de La Peste Chavistamostré su minucia flácida y su impotencia.
En esta entrega sólo imaginaré –como tú– el desenlace del cambio que viene, que ya comenzó.
Imagina…, imaginemos juntos.
Imaginación I
Son minoría, lo sabemos, tenemos las actas que no son otra cosa que la verdad. Por lo menos 11 millones de venezolanos los detestamos (los de adentro y los de afuera). Los chavistas son muy pocos, son nada. 90% del pueblo los quiere derrocar. Hay miedo, no somos violentos. Mil malandros (eso es lo que son, Maduro, Cabello, Rodríguez y 995 más) usan las armas y la represión para paralizarnos. Nos damos cuenta y reaccionamos, nos rebelamos de manera masiva en todo el país, la rebelión popular total comienza.
Tomamos alcaldías, gobernaciones, puestos policiales, canales de TV, casas de chavistas, liberamos las cárceles políticas. Millones de próceres se movilizan. Liberan al país.
Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó, entonamos…
Imaginación II
Los cuarteles se agitan, varios oficiales y sus tropas se rebelan, están con el pueblo, están con la mayoría, quieren reunificar a la familia venezolana, quieren que sus familiares no se vayan de Venezuela, están hartos de Padrino, Hernández Dala, Ceballos, González López, esos ladrones, esos criminales de lesa humanidad, y los apresan. El alto mando de delincuentes chavistas se caga en los pantalones, piden piedad, sólo ruegan que no hagan nada a sus putas. Ruegan perdón, dicen que “obedecían órdenes superiores”. Otros huyen.
Militares y policiales, unidos con unas fuerzas especiales de la libertad, detienen a Maduro, Cabello y Rodríguez. Se crea una junta de gobierno. Venezuela es libre.
Gritemos con brío: ¡Muera la opresión!, nos alzamos…
Imaginación III
Los colectivos y Bernal intentaron crear violencia, atacaron a la población civil, a venezolanos cuyo anhelo de libertad pudo más que su miedo, que respondieron en legítima defensa y los aplastaron, los colectivos se tuvieron que entregar. Los países del mundo saludaron la rebelión popular del siglo XXI y arrinconaron al régimen: o negociaban su salida (puente de plata) o tendrán que asumir las consecuencias de su osadía. Miles de chavistas escaparon con sus putas, dejaron a su familia en el país.
El pueblo…, el glorioso bravo pueblo permaneció vigilante en las calles. Fue generoso con familiares y con algunas putas del chavismo, se les respetaron sus derechos.
Compatriotas fieles, la fuerza es la unión, nos abrazamos.
Imaginación IV
Dicen que en prisión, como su maestro Hitler, Maduro optó por el suicidio, Rodríguez también (como su maestro Goebbels). Delcy huyó. El pueblo hubiese querido que pagaran sus crímenes en prisión, pero el peso de su criminal conciencia no soportó la caída. Venezuela volvió a sonreír, la victoria popular fue celebrada con algarabía e ilusión. Cantamos, bailamos, nos tejimos como sociedad. Festejamos 7 días y sus noches. Llegó la libertad, al fin, ahora a trabajar duro, a reinventar a la nación, mucho por originar y crear.
A los pocos días pisé tierra y mi mirada se nubló, el Salto Ángel estalló en mis ojos que, inundados, dieron gracias a Dios. No lo podía creer, lo habíamos logrado. ¡Lo logramos!
El Supremo Autor un sublime aliento al pueblo infundió…
Postdata memorable
En silencio y conmovido, desde lo más hondo de mi ser, le di gracias a los mártires, a los presos y perseguidos políticos, a todos aquellos que lucharon porque este momento memorable y mágico se hiciese realidad, en especial a mi querida y admirada María Corina porque inspiró y lideró este tiempo y al presidente Edmundo González por su coraje.
Al final dije: ¡Viva Venezuela! y pensé en ti…
Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó.