Gustavo Tovar Arroyo

Gustavo Tovar Arroyo

La Peste del Siglo XXI

El absurdo o la rebelión

€œ¿Hubo momentos en que no sólo me olvidé de m sino también de lo que soy?€

Samuel Beckett

Falta poco pero falta

Durante unos años estudié comunicación social en la Universidad Católica Andrés Bello. Fueron años de regocijo y aprendizaje irrepetibles. Disfruté de la experiencia como pocas cosas he disfrutado en la vida.

Hice cine, periodismo, radio; escribí poesía; leí historia (me topé con aquellos entrañablemente admirados y recordados maestros Carlos de Armas y Juan Martínez de la Vega, cuyas clases aplaudí sin estupor cada vez que finalizaban), me apasioné por la literatura y la política; me enamoré mil veces, los jardines universitarios eran una apasionante invitación a la caricia y el beso; sufrí, gocé, aprendí, fui libreé, sí, libre y parte €œviva€ (no muerta como ahora) de una Venezuela electrizante y ebria de cultura.

De una Venezuela que ya no existe, que no sé si existirá otra vez, que fue tan versátil y asombrosa que no creo que si repita, al menos no para mí y lamentablemente tampoco para algunos de ustedes.

El chavismo la destrozó, nos llevará mucho tiempo reinventarla. El único consuelo es que ya comenzamos, pero falta mucho, muchísimo.

Primero, por ejemplo, tenemos que liberarnos de la dictadura.

Falta poco, pero falta.

Ricardito y la parábola del condón usado

€œSon unos condones, los usamos y los tiramos€

Hugo Chávez Frías

 

 

El comandante Eterno y su lenguaje fecal

Hugo Chávez, el Eterno, tenía un basurero en el cerebro. Así lo advirtió genialmente, anticipándose a nuestros tiempos, el novelista mexicano Carlos Fuentes. Los venezolanos amargamente lo hemos corroborado con ríos de sangre, océanos de sudor y huracanes de lágrimas.

Si su cerebro era un basurero (el de Chávez), su lenguaje apestaba: heces, roedores y cucarachas brotaban de las alcantarillas de su mente. No podía ser de otra forma, no fue de otra forma, incluso tras su muerte lo estamos padeciendo.

Apesta, el chavismo apesta y Venezuela por su culpa también. La pestilencia cunde su pensamiento, palabra, obra y hasta su omisión.

La esperanza quedó abolida porque de un basurero no se puede obtener nada productivo, sólo es gloria de zamuros, mendigos y recoge latas.

En términos figurativos podríamos señalar que la revolución fue un electrizante coito interrumpido.

Katherine Harington, la última mastodonta

Brotes de histeria

A menos de que todos los venezolanos seamos unos autómatas, que no lo somos, Venezuela estallará pronto.

Está semana se sintieron por doquier los gritos desesperados de una nación al borde de un masivo colapso nervioso. Ya no es un sobresalto lo que vivimos, es una epilepsia nacional. Todos sin excepción nos retorcemos de angustia, hasta los chavistas se preguntan frente al espejo: ¿qué va a suceder? 

Estamos en el preámbulo del apocalipsis. Los brotes de histeria colectiva han sido masivos. Nos mordemos, nos arañamos, nos tomamos de las greñas por un litro de leche. Si seguimos así pronto nos sacaremos los ojos. Estamos a punto.

Eso ha logrado el chavismo.

Pena de muerte para Gustavo Tovar

Ni golpean ni muerden

La dictadura chavista -esa lepra histórica- ha vuelto a atacarme. 

Nada nuevo ni extraño, los ataques son señales claras de que avanzamos: los perros y las perras ladran. Sobre todo si tienen pánico o hambre y en Venezuela los perros dictatoriales sufren mucho de ambos.

Lo he dicho antes: nos golpearán como quien golpea el agua, hasta que se les canse el brazo; nos morderán como quien muerde el aire, hasta que se despedacen sus colmillos.

Nuestra lucha es espiritual y al espíritu ni se le golpea ni se le muerde, el espíritu siempre resiste, se impone y prevalece.

Y el espíritu de nuestra lucha está intacto, ante cada arremetida se ensancha y crece.

Guayana o lo que Chávez regaló

€œEl Esequibo es mío, es tuyo, es tierra venezolana€ 

Témpano

 

 

La peor calamidad

No tenemos humor para simulaciones. Ni humor ni tiempo. Estamos ante una nueva farsa chavista y hay que encararla. Otros que se dediquen arteramente a manifestar solidaridad con el régimen, nosotros no, yo no y espero que tú tampoco.

Venezuela está en peligro, tú y yo estamos en peligro y ese peligro no lo representa Guyana o Exxon Mobil, los Estados Unidos o Cuba, ese peligro lo representa la dictadura chavista que está en el poder. 

Ellos son -y representan- nuestra peor calamidad.

No lo olvidemos.

Chavismo deja a Venezuela en pantaletas

El chavismo dejó en pantaletas a Venezuela

Pese a que un chavista por naturaleza como Henry Falcón o algunos €œcaperucitos rojos€ de la oposición se empeñen -arteramente, como si el venezolano fuese pendejo- en reconocerle ciertas gracias a Hugo Chávez, lo cierto, lo comprobable, lo padecido, es que nos encontramos ante el peor traidor que ha engendrado nuestra historia.

No hay otro, Chávez ha sido el peor traidor de todos los traidores, su delirio y su cinismo dejaron a Venezuela en pantaletas.

Sí, en pantaletas.

 

La cabeza de Chávez es un basurero

Es una obligación ética e histórica, no sólo política, denunciarlo. Todos debemos hacerlo sin ambigí¼edad ni oportunismos electorales. Si no lo hacemos, Venezuela, esa bella palabra que representa no sólo un país sino una dignidad y un valor, jamás podrá recuperarse.

Chávez arrasó a la nación, nos convirtió en pordioseros. Todo lo convirtió en ruina. Nada se salvó, nada es rescatable. Como bien señaló el escritor mexicano Carlos Fuentes: €œLa cabeza de Chávez es un basurero€.

Y basureroé su tránsito histórico por nuestra política.

Los arruinados y su €œalianza perfecta€

El abrazo de la angustia con la rabia

Angustia y rabia son dos palabras que se repiten permanentemente en nuestro quehacer cotidiano, laten -vociferando alaridos- en cada uno de nuestros respiros.

Rabia por el daño irremediable que le ha causado el chavismo a nuestra patria y que en ocasiones pareciera infranqueable. Angustia por el desdén y -si me permiten- desatino lunático con que cierto sector de la oposición reacciona al daño permanente que nos causa a diario esa manada de delincuentes.

Angustia y rabia se abrazan en el pecho de cada venezolano y se aprietan en nuestras gargantas para interrumpir nuestro aliento. Los venezolanos andamos de asfixia en asfixia.

¿Hasta cuándo?

Carta urgente a los huelguistas

Los desalmados

No es fácil escribir una opinión en estos momentos de inquietud. Mientras escribo o intento hacerlo mis manos se marean, flaquean, pierden el camino de la idea y se extravían en una ansiedad que no encuentra una tecla capaz de pronunciar su zozobra.

No es la primera vez que nos ocurre ni será la última mientras el chavismo perviva. Se pondrá peor y peor hasta que nos liberemos de ellos. Se han instalado en el poder para mostrarle una jeta despiadada y cínica a nuestra historia. Lo hacen con una mano en la cintura, sonrientes, despreciables, con la desfachatez regordeta y vulgar que encarna Diosdado Cabello.

El madurismo es él, no tienen alma, nunca la han tenido.

Son los desalmados del siglo XXI.

La oposición y sus brujas vanidosas

La brujas

Todas las naciones poseen sus propias categorías sociales y humanas, algunas de esas categorías son producto de la ficción otras son de la realidad. La mayoría las tienen de una realidad que se ha vuelto tan inverosímil que termina siendo ficción, como en Venezuela.

La mitología nos ha fascinado con miles de historias sobre esas categorías fantásticas. Los griegos tenían sus ninfas; los nórdicos, valquirias; los celtas, hadas; y los mexicanos, catrinas. 

Una categoría universal, es decir, para todas las tribus, sociedades o naciones, de figuras a un tiempo legendarias y humanas son las brujas. 

Sobre ellas me detendré en este suelto. En nuestro país -como consecuencia del arrase primitivo del chavismo- abundan.

Humano y Libre