Mes: <span>abril 2014</span>
Mes: abril 2014

La patria eres túé

€œPatria son tantas cosas bellas€

Rubén Blades

 

Las bases políticas del desprecio

Hugo Chávez en vida cacheteó, pisoteó, amordazó y torturó a Venezuela; para que no quedará ninguna duda sobre su monumental coñaza a la patria -y como burla póstuma- nos legó a Nicolás, su amado.

 

Chávez era un cínico, siempre lo fue. Despreciaba a la patria, su rencor era superior a cualquier sentimiento noble que alguna vez pudo tener por ella.

 

He pensado mucho en él a raíz del €œdiálogo€. Ver conversar a la cuarta y a la quinta repúblicas, verlas abrazarse, entenderse, pactar, negociar, me resultó muy didáctico. Lo comprendí todo.

 

Lo cierto es que si el diálogo funcionara el chavismo dejaría de ser chavismo, por eso fracasará sin lugar a duda: está fundado sobre las bases políticas del desprecio.

La Venezuela crucificada y su resurrección

Viernes nada santo

Las estrepitosas -por represivas y salvajes- imágenes delvía crucis que vivió nuestra juventud el día de ayer mostraron cuan desbaratada está nuestra sociedad.

El chavismo ni siquiera respeta los ritos más sagrados de nuestra cultura.

 

Todo lo pisotea, todo lo demuele. Están empeñados en que no quede piedra sobre piedra, están empeñados en flagelar nuestra dignidad.

 

Siguiendo el despiadado mandato de los Castro desean desolarnos, para sus fines de control y subsistencia tienen que arrasarnos, tienen que hacernos sus mendigos. No hay clemencia. Nos escupen, nos insultan, nos clavan un puñal en las costillas, añoran nuestro desangre.

 

En manos del fariseísmo chavista y de los cubanos, Venezuela es una nación crucificada.

¿Resucitará?

El circo o la rebelión

El Poeta

La dulzura es la más bellas de las valentías y en un país donde algunos de sus políticos han claudicado sus corajes, un poeta debe usar su dulce voz para reivindicarla.

 

Un poeta, como su pueblo, siente. Sí, siente e intenta expresar ese sentimiento con unas palabras que ansía logren adornar sus iras o sus amores.

Dije «adornar» porque estoy consciente de que la arrechera popular no tiene adornos, no puede tenerlos, está ahí en el centro de nuestro pecho, palpita, suda, nos hace temblar y nos asfixia sin decorados.

Perdonen la insistencia rítmica -e hiperbólica- pero debo encarecer este punto poético: la arrechera popular está en la calle sin decorados, hace largas colas, suda, tiembla, se esconde para no ser víctima de un crimen, llora sus muertos, mientras la momificación se sienta a debatir sobre la Nada con la perversión -ambas acomodadas, regordetas y pulcras- durante largas horas, no en una larga fila parados ni acalorados, sino sentados y con aire acondicionado. Además con el descaro unánime de televisar su burda hipocresía.

Claro, para ellos «el show debe continuar» como dijo el sátrapa embalsamado, Hugo Chávez Frías mientras Venezuela ardía en llamas.

Las vacas cansadas de la MUD

Las víboras

Si uno fija la mirada con detenimiento mientras cualquier chavista vocifera sus ponzoñosas arengas, notaremos que sus lenguas son víboras dispuestas a morder y a clavarnos su veneno.

Presten cuidadosa atención a lo que digo y lo advertirán.

Cuando hable un chavista, especialmente Maduro o Cabello, vean emerger una macagua de su boca, sus colmillos afilados, su lengí¼eteo agitado, la mirada encrespada de serpiente brava, a punto de morder, que quiere hundirnos su muerte roja.

Son víboras que quieren picar y entumecer hasta el fallecimiento la dignidad del pueblo venezolano -principalmente de sus estudiantes- porque se rebela, porque no le temen, porque los retan.

Porque resisten.