Mes: <span>septiembre 2013</span>
Mes: septiembre 2013

El país decapitadoé

La banalidad del mal

Somos una nación decapitada y lo peor, los verdugos están sueltos, rigiendo campantes las cárceles y el destino del país.

 

No puedo borrarme de la mente la imagen de los dos presos decapitados en la Comandancia de la Policía del estado Monagas. Sobre todo cuando sé que son muchos quienes sufren a diario el mismo destino infame.

 

Lo impactante no es sólo la naturaleza del ensordecedor crimen, lo perverso, lo desconcertante, es que quienes decapitaron a los presos en Monagas están vivos y coleando, protegidos por la Guardia Nacional y que posiblemente saldrán libres mañana dado que la siniestra y absolutamente corrompida Iris Varela los liberará, sólo basta que ellos juren fidelidad al comandante supremo, que digan que son chavistas, y el sentido €œhumanitario€ de Varela los indultará.

 

El holocausto carcelario venezolano tiene una responsable incuestionable, es ella. Funcionaria mediocre, como su espíritu, encarnación fidedigna y rancia del chavismo inepto y criminal, Iris Varela nos recuerda los señalamientos de Hanna Arendt sobre el funcionario nazi Adolf Eichmann y su banalidad del mal: ella ni se da cuenta de lo que hace, sigue órdenes.

 

Mario Vargas Llosa llama a Eichmann €œel hombre sin cualidades€. Yo voceo lo mismo sobre Varela pero cambio el género: ella es una mujer sin cualidad.

 

He ahí el pétalo de mi rosa verbal rozando su raquitismo moral, sólo rozándola.

 

La dictadura de los nalgas rojas

«El comunismo propone esclavizar al hombre mediante la fuerza,

el socialismo mediante el voto.

Es la misma diferencia que hay entre asesinato y suicidio.»

Ayn Rand

Estamos heridos, no vencidos

Como muchos otros venezolanos, he aprendido desde la herida y el desangramiento.

 

Hugo Chávez, su despelotada €œrevolución€ y su corrupto €œsocialismo del siglo XXI€ nos han caído a machetazos como nación.

 

Estamos heridos, muy heridos, pero no muertos. Cierto, muchos han perecido, muchos están lisiados, muchos permanecen en las mazmorras del régimen, muchos nos hemos replegado, pero en general no hemos sucumbido, seguimos luchando y tendremos fuerza espiritual para hacerlo, como he dicho, mientras nuestro aliento sea capaz de empañar un vidrio.

 

La moral, la conciencia crítica y la valentía del venezolano permanecen vivas. No hay fuerza humana ni natural que nos haga sucumbir. No nos rendimos.

El enemigo a vencer, como sociedad, es la depravación instalada por Hugo Chávez y fomentada hasta la nausea por su amado heredero Nicolás Maduro.

Estamos heridos, muy heridos, pero no vencidos. Nuestra rabia organizada y noviolenta los acorrala. Nuestra crítica los zarandea.

Su desnalgue, rojo rojito, sucumbe.

El amante de Hugo Chávez

El €œPrimer Damo€ de Venezuela

En Venezuela podríamos pasar todo el día gritando, mentando madres, insultando a diestra y siniestra, lanzando platos y despedazando vidrios. Como dijo Cioran: estamos en la cima de la desesperación.

 

Si con Chávez vivimos entre sobresaltos y amargura, con Maduro Venezuela se ha convertido en un país despavoridamente absurdo, un cinematográfico caos.

El €œPrimer Damo€ o €œDoño€ (lo digo por su relación con la €œPrimera Combatiente€ y siguiendo el vocabulario del absurdo que se ha impuesto) ha resultado ser infinitamente más torpe de lo que jamás sospechamos. Un bullicioso bobalicón, el hazmerreír del siglo XXI.

Lo escribo con pena y, sin duda, mucha lástima por él y por el país. El desconcertado €œDamo€ está perdido, se hunde, y los venezolanos nos hundimos con él.

Nadie entiende el porqué Chávez le legó la responsabilidad de sucederlo en el poder y peor aún, el encargo de salvaguardar a la revolución; no hay lógica que lo explique.